La ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez-Correa, dio a conocer la posibilidad de implementar una nueva reforma arancelaria, siendo más eficiente y transparente en los procesos. Aunque no se emitió más detalles, los analistas afirman que lo ideal es redistribuir las cargas arancelarias y así proteger la industria nacional, disminuyendo los impuestos sobre los que no se produce en Colombia, pero aumentándole a aquellos que sí se fabrican en el territorio nacional.
Con la anterior reforma emitida en el 2010 por el Gobierno, no se tuvo en cuenta la afectación que esta le produciría al sector primario, ya que se redujo en promedio un 4% los aranceles, los cuales pasaron de 12,25% a 8,32%. Los principales perjudicados fueron los agricultores, sin embargo, para los demás sectores se establecieron entre 5% y 20% de gravamen dependiendo del producto.
Por tanto, uno de los principales objetivos de la nueva reforma será la reducción arancelaria de bienes de capital, buscando así una protección a la industria colombiana. Desde 2012, Fedesarrollo ha realizado análisis de la reforma vigente encontrando múltiples falencias, por lo que se debe realizar más proteccionismo para las manufacturas y materias primas producidas en Colombia.
Los analistas e investigadores coinciden en la reducción de los aranceles de las partidas agropecuarias que no fueron afectadas y así profundizar en el desmonte arancelario de los bienes no producidos internamente. Por otra parte, proponen la adopción del sistema arancelario peruano, considerándolo como un esquema homogéneo en que el arancel promedio es de 3,4%, aumentando tanto el consumo como la inversión en el país.
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